lunes, 11 de diciembre de 2006

Cronica de ¿una despedida anunciada?


Me lo tienen dicho, que no me encariñe de los animales del Centro, que luego lo paso mal... Pero no he podido evitarlo y estoy triste...

El domingo día 3 llegué al CPA como todos los días, pero justo cuando ibamos a desayunar, vemos que se habia escapado un perro, concretamente un Galgo. Salimos corriendo a ver si la pillabamos, pero ella solita se metio un recinto cerrado donde los sacamos siempre, cerramos la puerta y ahi se quedó. Despues de desayunar me fui al recinto ese y estuve un rato con ella, al principio como buen Galgo evitaba acercarse demasiado, pero al final no se separaba de mi, les dije a las chicas de la limpieza q me la dejaran allí que luego la metía yo en su jaula y así jugaba un poco con ella... Cuando terminamos los tratamientos me fui otra vez con ella, al final me tiré como tres horas corriendo de un lado para otro, atandola a ver como se comportaba con collar y correa (que como algunos no lo han visto en su vida...) y genial, no se separaba de mi pierna... Me he pasado todo el puente en el CPA con las consiguientes visitas a su jaula y salidas de paseo, ha sido inevitable que nos cogieramos un cariño especial, tanto, que la gente de allí y mis compañeros me lo han dicho, que esta triste hasta que me ve aparecer, que es una pasada como me sigue y como me obedece tan pronto...

Aqui es donde viene el problema, Abbey, que así la hemos bautizado, sale en adopción el dia 15 de diciembre, y lo mas seguro es, que mas temprano que tarde vengan de la Asociación de Galgos sin Fronteras a recoger a estos perros y llevarselos para Alemania, yo me la quiero traer a mi casa, porque no soporto que se quede "llorando" durante horas (me lo han comentado los de seguridad del Centro) cada vez que me voy, no soporto dejarla en la jaula mientras me mira con ESA cara, y no soporto pensar que puedo no volver a verla... (no me vuelve a tocar en el centro hasta el dia 31). El tema está en que tengo otros dos perros en casa (entre otros bixos...) y no vivo precisamente en una mansión, se lo he dejado caer a mi madre alguna vez, pero me dice que donde voy, que no se puede, se que una vez que entre en mi casa no sale, pero no se como hacer que entre... he pensado hacer los papeles a escondidas y hacer que me la regalan y la chica de la que hablaba en uno de los post me ha dixo que ella me la regala, pero me parece un poco "traición" meterla de esta manera, y me da unos remordimientos que no puedo con ellos, pero tengo que hacer algo...


Sé que es super egoista por mi parte hacer esto, pero me resisto a pensar que la proxima vez que vaya no va a estar... No se que hacer...
Foto: Abbey by Moon

2 comentarios:

Lal dijo...

Ay...cómo te entiendo. Eso me pasó a mi con mi Pipo, mi loro. Yo trabajaba en una tienda de animales y alli estaba él, el loro más asustadizo y agresivo de la historia. Me empeñé en que dejara de serlo. Y nos enamoramos. Cada día que libraba sufría por no saber si estaría cuando volviera. En mi casa era impensable meter otro bicho (yo también tengo unos cuantos), pero finalmente un día no pude más y lo compré. Me ha costado broncas y las que me quedan...pero aquí está, ahora mismo mientras escribo esto escucho sus ruiditos.
Sé que fue muy egoista por mi parte, pero también sé que si yo soy feliz de tenerle aquí, él lo es más. Y eso me hace sentir muy bien.

Anónimo dijo...

Creo que no tendría mejor dueña que tú!!!!. Inténtalo, creo que si lo dejaras escapar te arrepentirías, y no hay peor frase que: y si...!!!!.
Un besote y cuentanos al final que decides. :o)