sábado, 3 de noviembre de 2007

Adelante...


Como dice la canción de El sueño de Morfeo... "...Y esta soy yo, asustada y decidida [...] ahora llega mi momento, no pienso renunciar, no quiero perder el tiempo..." Una vez más metida en camisas de once varas...
Hace cosa de un año, mi prima (a la que llamaremos "H") me llamó para proponerme que la ayudara a montar una peluquería canina. La idea en un principio me pareció un tanto descabellada, dado el desvarío mental que se trae la susodicha, de hecho, me he tirado el resto del año sin noticias suyas, pero hace un mes volvió a las andadas, me volvió a llamar esta vez con todo planeado, no con un castillo en el aire. Local visto, licencias en camino... vamos... que la cosa va en serio. El otro día estuvimos hablando de la distribución del trabajo, yo me encargaría de llamar a las peluqueras y a los veterinarios y ella del tema del material y licencias (lo que hace conocerse el Ayuntamiento...) mientras esto esté en proceso y una vez montado sería yo la que lo llevara mientras ella sigue currando en lo suyo (es lo que tiene que se gane más de arquitecto que con temas de bichos... no?).

Además, aun me queda un año para poder hacer el acceso a la universidad, con lo cual, para cuando quiera empezarle, espero tener esto controlado y poder compaginarlo, porque lo de la carrera cada vez me hace más ilusión... Veo a mi hermana (que está en segundo ya...) venir de las prácticas toda emocionada y me veo a mi misma dentro de (ojalá) no mucho tiempo con mi pijama blanco corriendo por los pasillos de Urgencias carrito de medicamentos en mano... Quien me lo iba a decir...

En cuanto al otro tema que ocupa mi cabecita (y lo que no es mi cabecita...) he decir que me siento un poquito más libre... El otro día se lo conté a una amiga (a la que se iba a quedar con las perritas... Llamemosla... "E") que es como si fuera mi hermana... Aprovechando que estabamos solas, me dio un ataque de sinceridad y se lo solté. La verdad es que fue un poco raro, porque, conociendola, yo pensaba que iba a hacerme mil preguntas o me iba a poner alguna cara rara, pero no... me tranquilizó, me escuchó, se limitó a que supiera que estaba ahí, como siempre... y me dio un abrazo de los que solo ella da, que no se que tienen que te dejan nueva (¿será que como da pocos los tiene concentrados?) No es la patada de la que me hablabas Lal, pero igual es un pequeño puntapié para, como tu dices, poder llegar a ser completamente libre, por fin...

Y de momento eso es todo... A ver si poquito a poco la cosa va hacia adelante...

1 comentario:

Lal dijo...

Por pequeño que te parezca ese puntapié, es el primer paso. Puede que se necesite tiempo para llegar al final del camino, pero lo importante es que estás en él.
Enhorabuena cielo, has sido muy valiente, y ahora que sabes que lo eres todo será más fácil.
Adelante!